La Iglesia Hoy | Harissa/Agencia Fides
“Somos un pueblo que no muere”
El cardenal libanés Béchara Boutros Raï, Patriarca
de Antioquía de los Maronitas, ha renovado el acto de consagración del Líbano y
de todo Oriente Medio al Corazón Inmaculado de la Virgen María, durante la
celebración de la liturgia eucarística que ha presidido este domingo 6 de junio
en el Santuario de Nuestra Señora del Líbano, en Harissa.
El arzobispo Joseph Spiteri, nuncio apostólico en
el Líbano, también ha participado en la celebración litúrgica, junto con un
número limitado de fieles de varias regiones del país, debido a las medidas de
seguridad sanitaria impuestas por la pandemia. Una vez más, durante la homilía,
el Patriarca ha utilizado el tono de denuncia para deplorar el modus operandi
de la clase política libanesa. “En estos días difíciles – ha afirmado el
cardenal libanés entre otras cosas -, los funcionarios tratan de salvarse a sí
mismos y sus intereses”, y no se preocupan por un pueblo cansado de vivir la
humillación “frente a los bancos y los cajeros, frente a las gasolineras y las
panaderías, frente a las farmacias y los hospitales”.
Refiriéndose al devastador escenario de la crisis
libanesa, el cardenal se pregunta si el estancamiento institucional que impide
la formación de un nuevo gobierno no esconde en realidad la intención de
posponer y de hecho sabotear las elecciones parlamentarias y presidenciales
previstas entre mayo y octubre de 2022, o incluso el designio de provocar el
colapso del sistema-país, precisamente en el momento del centenario de la
independencia nacional. “Somos un pueblo que no morirá – ha añadido el Primado
de la Iglesia Maronita -, y por ello no permitiremos que este programa sea
completado”.
El Patriarca Béchara Boutros Raï consagró por
primera vez el Líbano y todo Oriente Medio al Corazón Inmaculado de María el 16
de junio de 2013 (véase Fides 17/6/2013). Con ocasión de ese primer acto
solemne de consagración, celebrado entonces en el Santuario Mariano de Harissa,
el Patriarca maronita rezó para que todos los pueblos de la región se liberasen
“de los pecados que conducen a las divisiones, a la agresión y a la violencia”.
En aquella ocasión, una multitud de fieles se reunió en torno a la Basílica
para implorar que la Tierra de los Cedros no se viera abrumada por el contagio
de los conflictos sectarios que desgarraban la vecina Siria. Luego, durante la
homilía, el cardenal libanés unió a los musulmanes al acto de consagración,
recordando que el Líbano es el único país en el que la solemnidad de la
Anunciación, el 25 de marzo, es celebrada conjuntamente por cristianos y
musulmanes como fiesta nacional.
El próximo miércoles, 9 de junio, comenzará el
Sínodo anual de los obispos de la Iglesia maronita. La primera parte de la
reunión sinodal, del miércoles 9 al sábado 13 de junio, tendrá la forma de un
retiro espiritual, con meditaciones dirigidas por el padre Fadi Tabet, rector
del Santuario de Harissa.
(GV) (Agencia Fides 7/6/2021)
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