Reflexiones | Telésforo Isaac/Obispo emérito
Devaluación de la mujer y pretensión
de superioridad del hombre (I)
La devaluación de la mujer y la pretensión de superioridad del
hombre, tiene por objeto, propiciar lo que se conoce como feminicidio.
Feminicidio, pues, se refiere, generalmente, al asesinato de
mujeres; pero en propiedad, debe enmarcarse legalmente en el hecho de matar a
la esposa, la novia, la pareja, ex-conyugue, la pretendiente; o como ha
sucedido algunas veces, se mata a la madre, la hermana, u otras mujeres con
quienes se tiene alguna relación, más o menos íntima.
El feminicidio no es sólo el hecho culminante de quitarle la vida a
la mujer, más bien, puede ser el resultado del conjunto acumulado de
sentimientos y características tradicionales que los hombres han tenido y
mantienen a través de la historia de la humanidad; pues,
hay incontables relatos de feminicidios registrados en la
historia, desde tiempos inmemoriales.
En la República Dominicana, oímos continuamente, una o más frases
como esta: “cuida tu gallina que mi gallo está suelto”. Esta insinuación es del
folclor dominicano, que hace patente el machismo, y es simiente que induce
eventualmente a la discriminación, la subordinación, y la devaluación de la
mujer como ente igualitario de la raza humana.
Esta impropia amonestación o advertencia citada arriba, es en
realidad, una forma de pretensión de superioridad con facultad de cometer
hechos contra el género femenino, confiado en que no habrá sentido de
culpabilidad, ni imputación de condena.
La mujer ha sido considerada perennemente como un complemento
conveniente y necesario para el hombre. A veces aparece como la compañera
idónea en las Santas Escrituras hebreas cristianas, es “la reina del cielo y la
tierra”: pero el hombre es el patriarca, y quien manda; sin embargo, en Génesis
1: 27, dice: “Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de
Dios lo creó, varón y hembra lo creo “. (Génesis 2: 21-24: Génesis 5:
2).
La evolución histórica de la mujer, en la familia, en la sociedad,
y en la política, es interesante; pero, falta mucho para que ese género tenga
la misma aceptación conceptual, la dignidad, y el lugar igualitario al hombre.
Si analizamos las diferentes perspectivas de la evolución de la
nivelación de la mujer a través de la historia de la Civilización Occidental,
se podría dar cuenta que hay una evolución lenta, a veces caprichosa, a veces
forzada por la aptitud de algunos sectores de los pueblos de aceptar a la mujer
como ser creado en igualdad de condiciones y naturaleza humana que el hombre.
En realidad, esta fue la intención de la Divinidad; esta fue la ejecución de
Dios.
Los filósofos griegos que han influenciado el pensamiento, y la
aptitud de la Civilización Occidental, han incidido en la evolución histórica
de los estados de los géneros. Para ellos, la mujer estaba debajo del hombre.
En la Grecia de Platón y Aristóteles, ser mujer no era deseado. Las
mujeres tenían el mismo status que los esclavos; no tenían derechos civiles de
ninguna clase; no participaban en política; no gozaban de las mismas
oportunidades para ser educadas. Para Platón, el papel de la mujer era tener
hijos, y así mantener la especie humana en crecimiento.
Para Aristóteles, la
propia naturaleza y función de la mujer, es el ser reproductivo para mantener
la necesidad social donde el hombre administra, gobierna y reina. La virtud de
la mujer es ser sumisa, estar en silencio y procrear. ADH 857
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