Testimonios | Nilsia Ivelisse Infante
Poema
para Miguel José (mi pequi)
Pequi, Pequi
Pequi de mi corazón, que todos los Ángeles al escucharte, toquen una canción.
Pequi, Pequi
de mi corazón, fuiste un gran ser humano, tú luz, tu alegría y resplandor,
jamás se podrán borrar de mi corazón.
Pequi,
Pequi de mi corazón, viviste en el Seminario en más de una ocasión, caminaste
nuestros barrios, llevando paz y amor.
Pequi,
Pequi de mi corazón, mi alma llora desconsolada, tu partida inesperada, a esa
hermosa morada.
Pequi,
Pequi de mi corazón, pido perdón a Dios por cuestionar su decisión, por
llevarte tan de prisa, a la casa del Señor.
Pequi,
Pequi de mi corazón, gracias por llegar a mi vida en los momentos de aflicción
y conducirme en los caminos del Señor.
Pequi,
Pequi de mi corazón eres alegría, eres resplandor, eres una chispa del gran humor.
Pequi,
Pequi de mi corazón, viviste aquí en la tierra cumpliendo tu misión, sembrando
la Palabra en cada rincón.
Pequi,
Pequi de mi corazón, fuiste compañero, hermano, guía, consejero, amigo
incondicional, que Dios te acoja en su reino celestial.
Pequi,
Pequi de mi corazón, ahora me despido, no con un adiós, sino con un hasta luego,
porque sé que en algún momento nos juntaremos, allá en el cielo.
Hasta
siempre mi Gran amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...