La Iglesia Hoy | Manuel Cubías / Renato Martínez/RD
Primer aniversario de la
encíclica del papa Francisco
Cardenal Barreto:
"'Fratelli tutti' nos invita a una solidaridad efectiva y afectiva"
“La Fratelli tutti nos llama a estar con los ojos
abiertos para escuchar, discernir y buscar qué es lo que Dios quiere que
nosotros hagamos en relación a nosotros mismos, a nuestros hermanos y a la
creación”, lo dijo el Cardenal
Pedro Barreto Jimeno, S.J., Arzobispo de Huancayo, Primer Vicepresidente de
la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) y Presidente de la Red Eclesial
Panamazónica (REPAM), destacando la importancia de la “Fratelli
tutti”, en el marco del I Aniversario de la Encíclica del Papa
Francisco.
El Presidente
de la REPAM señaló que, la Encíclica nos da un marco muy amplio de lo que
queremos realizar en la misión de la Iglesia, en general, y de lo que nos
corresponde en la Amazonia, en particular, ya que somos una Iglesia en
movimiento, una Iglesia en salida.
¿Cuál es la
figura de Jesús que nos muestra la Encíclica Fratelli tutti?
R.- La figura
de Jesús es una presencia viva del amor de Dios, personificado en Jesús el
verdadero Dios y verdadero hombre. En la Fratelli tutti, el Papa
Francisco nos presenta la parábola del Buen Samaritano. El Buen Samaritano, era
un extranjero que pasa y ve por el camino a una persona que ha sido asaltada y
se involucra en esta situación de sufrimiento, lo cuida y trata por todos los
medios de que salga adelante. En cambio, algunos religiosos de ese tiempo
pasaron de largo, porque pensaban que tenían cosas más importantes. Este es la
llamada de la Fratelli tutti, de estar con los ojos abiertos para
escuchar, discernir y qué es lo que Dios quiere que nosotros hagamos.
La palabra
“fraternidad” es central en la Encíclica, de hecho, lo vemos en el título.
¿Cómo el Papa llena de sentido esta palabra y cuáles son las realidades
sociales, culturales y políticas a las que desafía con su planteamiento?
R.- La figura
que tiene el Papa Francisco en la Fratelli tutti, por el nombre
mismo, es de San Francisco de Asís. Él es el hombre pobre, el hombre sencillo,
el hombre que ama a la creación de Dios y que es un modelo por excelencia de
una fidelidad y de una vida muy austera, esa pobreza que él vivía es un mensaje
muy claro, porque la Fratelli tutti nos invita a tener una
vida sobria, una vida fraterna, una vida en diálogo con los demás, para buscar
el bien común de todos.
Cuando leemos
la Fratelli tutti, podemos identificar que la fraternidad
entre los seres vivos y la memoria, como cultura, como historia, son dos
elementos clave para el Papa Francisco a la hora de plantear la necesidad de
sanar este mundo herido. ¿Cuál es la propuesta de Francisco para sanar este
mundo al que el califica de herido?
R.- Que
busquemos un camino para tener consensos, en que todos estamos en este mundo y
en esta humanidad para buscar el bien común, no un interés personal o familiar
o de grupo. Por tanto, la Fratelli tutti tiene un llamado a la
humanidad entera a preocuparse por los problemas como, por ejemplo, ahora con
los efectos gravísimos del cambio climático que hace necesario que todos nos
pongamos de acuerdo y esto deriva en un compromiso no solamente evangélico de
parte nuestra, de personas de fe, sino un compromiso social de todas las
personas de buena voluntad. Y el ejemplo es muy sencillo, en la pandemia
tenemos que cuidarnos y cuidar a los demás y creo que este es la medida más
acertada para poder paliar las consecuencias que tiene este, yo diría, terrible
virus que nos ha afectado a toda la humanidad sin fronteras, igual también pasa
con la propuesta mediante un diálogo de verdad, de respeto, y de búsqueda de lo
que nos beneficia a todos cuidando la vida y cuidando la creación de Dios.
Usted es el
Presidente de la Red Eclesial Panamazónica, ha trabajado en ella desde los
inicios. ¿Cuéntenos, desde la perspectiva de la Fratelli tutti,cómo está red, de la que usted es
parte, ha ayudado a concretizar la idea de una Iglesia cada vez más sinodal?
R.- En
principio, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), ya lleva 7 años muy bien
vividos en una experiencia de articulación de los esfuerzos que la Iglesia
Católica realiza en la Amazonía. Lo primero que ha hecho es despertar esta
necesidad de escucha de la problemática que existe en este bioma, que son cerca
de 8 millones de kilómetros cuadrados, con más de 33 millones de personas que
viven en ella y 3 millones de miembros de las poblaciones originarias, esas
poblaciones originarias a las cuales el Papa Francisco llamó en el 2018, cuando
tuvo el primer encuentro con las comunidades amazónicas en Puerto Maldonado, en
la Visita al Perú, les dijo: “ustedes son los guardianes de esta tierra sagrada
que Dios ha dado con este bioma que somos”.
Por tanto, yo
creo que la Red Eclesial Panamazónica ha recorrido un camino de articulación,
de escucha, de discernimiento y de acción que ha posibilitado que la REPAM con
sus equipos de personas hayan podido preparar el Sínodo que se realizó en Roma
sobre la Amazonia en octubre de 2019.
A partir de
ahí, la REPAM también siguió en este proceso sinodal para la creación de la
Primera Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA). Nunca antes en la Iglesia
ha habido esta experiencia, yo diría única, una conferencia eclesial no es una
Conferencia Episcopal, ahí se ha dado un salto muy grande, porque la
iluminación de la eclesiología del pueblo de Dios que peregrina en el mundo con
las caricias de Dios y los consuelos de Dios y también con las persecuciones
del mundo, como dice San Agustín, va avanzando. Ahora estamos con esta
propuesta a nivel de América Latina y que ha servido también de base para todo
el proceso sinodal de la REPAM, que el CELAM va a tener que responder y está
respondiendo a la convocatoria del Papa Francisco de realizar una Asamblea
Aclesial de América Latina, a la luz del documento de Aparecida, en Brasil, en
el 2007 y estamos en ese camino.
El 2023 ya se
realizará el Sínodo Universal sobre la sinodalidad. Entonces, estamos en ese
camino, es una Iglesia en movimiento y, por tanto, creo yo que la fraternidad,
la Fratelli tutti, en concreto, está dando el marco más amplio de
lo que queremos nosotros realizar en la misión que nos corresponde en la
Amazonia.
Otro rasgo de
nuestro Continente Latinoamericano son las migraciones, no es un fenómeno
actual es un fenómeno que viene desde hace décadas, sin embargo, en los últimos
días ha adquirido características particulares, como es el caso de Haití,
Venezuela y otros países Centroamericanos. ¿Qué nos dice la Encíclica del Papa
sobre el fenómeno migratorio que estamos viviendo en estos tintes tan
dramáticos?
R.- En primer
lugar, afirma que Jesús fue un migrante, es decir, la migración es desde
nuestra fe una experiencia que tenemos que mirar no solamente con los ojos de
Jesús sino también de responder de manera efectiva, coordinada, para que esta
avalancha de migración que por diversas causas se realiza, sea también parte de
la misión evangelizadora de la Iglesia.
La Iglesia
Católica y la Fratelli tutti, por tanto, asume también que la
humanidad tiene que comprometerse con este hecho migratorio, es el rostro yo
diría, de dolor, de sufrimiento, de la humanidad, más allá también de todos los
sufrimientos que causa esta pandemia con consecuencias muy graves en la vida
social, familiar, económica. En este sentido, creo yo, que la mirada de Dios
desde Jesús al migrante eterno porque está presente en estos hermanos y
hermanas y porque tuvo que huir a Egipto habiendo nacido en Belén, porque había
amenazas de muerte y ahí hay todo un caminar de la iglesia y un caminar de la
humanidad en que todos estamos sumidos.
En esta
experiencia migratoria, hace décadas incluso siglos ha habido de Europa que
iban a América Latina, de diversos lugares del mismo Italia, en toda América
Latina y El Caribe hay de otros países y todos tenemos también algún antecesor
llegado a la patria, donde nosotros hemos nacido, a veces nos olvidamos de eso
y esos que protestan, que rechazan a los migrantes estoy seguro que tienen
familiares que una vez han tenido que huir de sus propios países por cuestiones
políticas, por cuestiones sociales y económicas. Entonces la Fratelli
tutti es tomar conciencia de que nuestra historia, es una historia de
humanidad, de solidaridad, porque por este camino de la solidaridad efectiva y
afectiva, lógicamente, va a caminar la humanidad por caminos de luz, de paz, y
de justicia.
Publicado
por Religión Digital.org
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