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El Papa a alcaldes: no sólo ayudar, sino
"transformar" las periferias
En
la mañana del sábado 5 de febrero el Papa Francisco recibió una delegación de
la Asociación Nacional de Municipios italianos. A ellos les pidió permanecer
cerca de la gente y tener “el valor de la imaginación” para resolver problemas.
No sólo ayudar, sino “transformar” las periferias, dijo, para una economía y
sociedad diferentes.
El
servicio al bien común es una forma de caridad comparable a la de los padres de
la familia. Por eso Francisco, al recibir a la Asociación Nacional de
Municipios italianos este 5 de febrero, les indicó tres palabras para animarlos
en su labor. La primera, precisamente, la “paternidad – o maternidad”, la
segunda, “periferias”, y la tercera “paz”.
Antes
de desarrollar cada palabra, el Santo Padre agradeció a los alcaldes italianos
que, en este tiempo de pandemia, han sido “un punto de referencia a la hora de
hacer cumplir normativas a veces gravosas, pero necesarias para la salud de los
ciudadanos”. Consciente de la complejidad de la labor que realizan alternando
“la oportunidad” del servicio con “la soledad” de la responsabilidad, Francisco
se refirió a la importancia de la participación ciudadana: se espera – dijo –
que los alcaldes tengan la solución a todos los problemas, pero sabemos que los
problemas no pueden sólo resolverse con recursos financieros. Por eso es
importante, señaló, contar “con la presencia de redes de apoyo”.
Invertir
con imaginación
En
cuanto a la primera palabra de ánimo, el Sumo Pontífice hizo hincapié en
practicar “la escucha”, como hacen los padres en una familia. Una buena escucha
– dijo – nos ayuda a discernir, a comprender las prioridades sobre las que hay
que intervenir. Junto con la escucha, además, “no debe faltar el valor de la
imaginación”, puesto que para resolver problemas es necesario, junto a
financiaciones adecuadas, proyectos de convivencia civil y de ciudadanía:
Hay
que invertir en belleza donde hay más degradación, en educación donde reina el
malestar social, en lugares de agregación social donde se ven reacciones
violentas, en formación para la legalidad donde prevalece la corrupción.
Transformar
las periferias
Siguiendo
con la segunda palabra, “periferia”, y puesto que “no hay ciudad sin pobres”,
el Papa indicó que “partir” de las periferias “no significa excluir", sino
todo lo contrario, porque los pobres “recuerdan nuestra fragilidad” y “nos
llaman a la solidaridad”. Y en este tiempo de pandemia, que ha puesto de
manifiesto numerosos dramas sociales - el de los que han tenido que cerrar sus
negocios, el aislamiento de los ancianos, la depresión de los adolescentes y
los jóvenes, las desigualdades sociales que han favorecido a los que ya gozaban
de condiciones económicas holgadas, las penurias de las familias que no pueden
llegar a fin de mes, los usureros que llaman a las puertas - el Sumo Pontífice
indicó a los alcaldes la necesidad “no sólo de ayudar la periferia”, sino de
“transformarla” en un laboratorio para una economía y una sociedad diferentes:
De
hecho, cuando nos enfrentamos a los rostros de las personas, no basta con
darles un paquete de comida. Su dignidad exige trabajo y, por tanto, un
proyecto en el que se valora a cada persona por lo que puede ofrecer a los
demás. ¡El trabajo es realmente una unción de dignidad! La forma más segura de
quitarle la dignidad a una persona o a un pueblo es quitarle el trabajo. No se
trata de llevar el pan a casa: eso no da dignidad. Se trata de ganarse el pan
que se lleva a casa. Y eso sí, te unge de dignidad.
Fomentar
la construcción de la paz
Con
la palabra "paz", indicada por Jesús a los discípulos enviados en
misión (cfr Lc 10,5), el Santo Padre abordó el tema de la “paz social”, que es
“el fruto de la capacidad de poner en común las vocaciones, las competencias y
los recursos” y que implica crear un “tejido común de valores que lleve a
desarmar las tensiones entre las diferencias culturales y sociales”:
Es
esencial fomentar la iniciativa y la creatividad de las personas, para que
puedan forjar relaciones significativas dentro de sus barrios. Tantas pequeñas
responsabilidades son el requisito previo para la construcción concreta de la
paz, que se construye día a día. Es bueno recordar aquí el principio de
subsidiariedad, que valora los entes intermedios y no mortifica la libre
iniciativa personal.
Y
porque una de las tentaciones ante la responsabilidad es la de “huir”, antes de
despedirse el Papa Francisco animó a los alcaldes a “permanecer cerca de la
gente”, tal como exhortó San Juan Crisóstomo, obispo y padre de la Iglesia:
dedicarse a los demás, en lugar de quedarse en los montes y observarlos con
indiferencia, les dijo.
Publicado
por Vatican News
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