Cultura y Vida | Isidro Catela
The
Walking Dead. Resucitar
Un buen libro hay que tenerlo abierto siempre, pero
saben los que alguna que otra vez acuden a estas lÃneas, que suelo ser
insistente en la recomendación cuando la serie que destripo no merece que
perdamos demasiado tiempo en ella. Asà que vamos a la tarea: en estos dÃas
pascuales, abran Resucitar, de Christian Bobin
(Ediciones Encuentro) y entierren la tentación de arrimarse a esos
interminables y pesadÃsimos muertos vivientes. The
Walking Dead va por la temporada número once, con un total de
169 episodios. Pensándolo bien, y en su conjunto, esa es la verdadera
pesadilla. Hay que decir en favor de los zombis que esta vez, y tal vez gracias
a que ellos han dejado de ser los protagonistas absolutos, estamos ante una
temporada que se salva, pero aún asÃ, la mejor noticia es que parece que no
habrá duodécima y que con los 24 capÃtulos de esta se pone el punto y final.
Aquellos que nunca empezaron, que ni se les ocurra
hacerlo ahora. Les bastará saber, para que se les quiten las ganas, que estamos
ante todo un culebrón a la antigua usanza, revestido de terror posapocalÃptico
y distópico, en un mundo que ha sido arrasado por una invasión zombi. Y
aquellos que como yo (sea por la razón que sea) tienen que ver de todo, les
recomiendo que pongan el foco en la recuperación del personaje de Maggie
(magnÃficamente interpretado por Lauren Cohan) que presenta claroscuros de esos
que se agradecen en una trama, o que, para terminar de pasar el rato, se
distraigan con la interesante la relación de los ciudadanos con sus ciudades;
alguna de ellas, como por ejemplo la simbólica Alexandria, tiene que resurgir
de sus cenizas.
El debate gira al fin en torno a civilización o
barbarie y, mientras se mantiene ahÃ, la serie gana muchos enteros, pero acerca
de la cuestión principal, no busquen aquÃ. Estos no son, en verdad, vivientes.
No hay más que ver hasta qué punto la muerte tiene en ellos la última palabra.
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