La Iglesia Hoy | Óscar Elizalde Prada, desde Santo Domingo
La Iglesia caribeña abraza el camino
cuaresmal en perspectiva sinodal
Los grupos de trabajo que integran los delegados de Antillas, Cuba,
Haití, Puerto Rico y República Dominicana finalizan el encuentro sinodal
regional meditando el mensaje de cuaresma del Papa Francisco.
La realización de la Asamblea de la Región Caribe que inició el pasado
lunes 20 de febrero en Santo Domingo (República Dominicana) y concluye este
viernes 24, en el marco de la fase
continental del Sínodo de la Sinodalidad, ha coincidido con el
inicio de la Cuaresma.
En este sentido, el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2023,
bajo el título “Ascesis
cuaresmal, un camino sinodal”, ha sido fuente de inspiración y
motivación para los participantes de la Asamblea y, de modo particular, para
los grupos de trabajo que integran los delegados de Antillas, Cuba, Haití,
Puerto Rico y República Dominicana.
Los discípulos y Jesús en el monte Tabor
Para el Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano
(Celam), Mons. Jorge Lozano, la imagen de los discípulos en el monte Tabor que
utiliza el Obispo de Roma en su mensaje de este año, es altamente significativa
para el caminar sinodal de la Iglesia latinoamericana y caribeña: “hay, por un
lado, un inicio de un camino que es ascendente, y subir a la montaña implica
dejar de lado la mediocridad, la rutina, para desplazarnos; y este desplazarnos
no es ir cada uno por su lado, sino caminar los tres discípulos juntos –Pedro,
Santiago y Juan–, detrás de Jesús, para una experiencia de luz que fue lo que
contemplaron en la montaña: la divinidad de Jesús, la gloria… colmaron el
corazón de felicidad, de alegría, de belleza”. “Terminada esta experiencia
–continúa Mons. Lozano–, Jesús les dice a los discípulos que hay que volver a
bajar… y bajando vuelven con esta experiencia cargada de comunión, de encuentro
con Jesús, para seguir caminando juntos”.
Con relación a la experiencia que está viviendo la Iglesia
latinoamericana y caribeña, el Secretario General del Celam detalla que la
experiencia de los discípulos con Jesús en el monte Tabor “se asemeja al camino
sinodal”, toda vez que se relaciona con “el esfuerzo, la ascesis de caminar
junto con otros, y después volver a lo cotidiano para que esta experiencia de
encuentro nos ayude a caminar y a compartir la alegría de la fe”.
El camino cuaresmal es sinodal
Por su parte, la Hna. Daniela Cannavina, Secretaria General de la CLAR,
quien coordina la comisión de espiritualidad en las Asambleas Regionales, al
evocar el mensaje del Papa Francisco, afirma que “el camino cuaresmal es
sinodal porque lo hacemos juntos, porque recorremos juntos la misma senda como
discípulos del único maestro”. Por ello, para la Hna. Daniela la invitación del
Papa “pasa por reflexionar sobre la relación que existe entre ascesis cuaresmal
y la experiencia sinodal”.
“La cuaresma sinodal es un tiempo para vivirlo en camino, sin
instalarnos, con la mirada fija en Jesús (…); nos coloca frente a un tiempo de
decisiones (…), un tiempo propicio para la conversión personal y comunitaria,
para el perdón y para la restauración de la comunión; la cuaresma sinodal es un
tiempo para el discernimiento y el compromiso de lo que juntos vamos generando
en este proceso de conversión y de conversación espiritual”. Finalmente, “la
cuaresma sinodal es una invitación a recuperar el discipulado como experiencia
de vida fundante, y a seguir el camino de aquel que se hizo solidario con tantas
pobrezas, especialmente los más desvalidos y excluidos”.
Ensanchar la tienda
Es lo que han procurado asumir los grupos de trabajo que se han
constituido en la Asamblea Regional del Caribe, al abrazar la conversación
espiritual como método de discernimiento. Christianne Paul, de la Isla de
Dominica, quien hace parte del equipo sinodal de su diócesis, en representación
de los jóvenes, afirma que “el método utilizado nos ha permitido escucharnos y
dejarnos transformar ‘ensanchando nuestra tienda’; para ello debemos derribar
nuestros muros y escuchar la voz del Señor”. “Se trata de un camino abierto, de
un proceso, y ello requiere esfuerzo, sacrificio y concentración”, explica la
delegada de las Antillas, “y la Cuaresma es un tiempo propicio para ello, para
dejarnos convertir”.
El sacerdote haitiano Maxo Deraxin agrega que “a veces el camino sinodal
parece peligroso, difícil y nos asusta, pero al final lo que nos espera es
asombroso, algo maravilloso, que nos puede ayudar a comprender mejor la
voluntad de Dios y nuestra misión en la Iglesia”. Por eso, “el camino sinodal
está arraigado a la novedad y es fuente de inspiración para abrir nuevos
caminos”, concluye el presbítero.
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