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Transexuales arrepentidos, una tendencia cada vez más común
Susana,
con tan solo 15 años, fue diagnosticada de disforia de sexo por su psicólogo. A
partir de aquí se fue sometiendo a diversas operaciones tales como a la doble
mastectomía, extirpación del útero y los ovarios, además de tratamiento con
hormonas masculinas.
Como
ha ido publicando el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de
Valencia en reiteradas ocasiones, sigue aumentando de manera alarmante el
número de casos de personas inicialmente declaradas transexuales que muestran
su arrepentimiento tras iniciar el proceso de reasignación de sexo.
Recientemente,
diversos medios han publicado el testimonio de una joven gallega, Susana
Domínguez, quien reclama 314.000 euros a la Sanidad pública por haber sido
sometida, sin recibir la suficiente información, a diversas operaciones
irreversibles de reasignación de sexo cuando su principal diagnóstico era
autismo.
Susana,
con tan solo 15 años, fue diagnosticada de disforia de sexo por su psicólogo. A
partir de aquí se fue sometiendo a diversas operaciones tales como a la doble
mastectomía, extirpación del útero y los ovarios, además de tratamiento con
hormonas masculinas.
Susana
reconoce que fue ella quien se autodiagnosticó de disforia animada por
diferentes foros de internet. En ellos había escuchado testimonios de
transexuales que afirmaban que, tras las operaciones, sus problemas mentales
habían desaparecido. El personal que atendió a Susana dio credibilidad sin más
al autodiagnóstico de la joven, ignorando sus antecedentes genéticos –al menos
seis personas de su familia directa presentan problemas de salud mental– ni los
rasgos de trastorno del espectro autista que presentaba la joven.
Seis
años después, explica cómo, a medida que pasaba el tiempo, fue siendo
consciente de que realmente no padecía disforia, y que sus problemas y
angustias vitales, que incluían depresión y trastorno esquizoide, podrían
haberle impedido tomar dichas decisiones con plena conciencia. «Me arruinaron
la vida», afirma la joven.
Una
ideología anticientífica
Según
Luisa González, vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid, el 40% de los
jóvenes que se autodiagnostican con disforia, tienen trastornos del espectro
autista. Otros no están conformes con su cuerpo cuando empieza la hormonación
en la adolescencia. La doctora González explicó en una reciente entrevista que
«entre el 40% y el 70% de estos niños ha sufrido maltratos o bullying a nivel
escolar, y un fenómeno que se multiplica por 2.000 en tan poco tiempo, no
obedece a ninguna causa médica, a algo estructural en el que haya algún fallo
en la biología. Obedece a una ideología artificial anticientífica».
Publicado
por Zenit
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