• Noticias

    miércoles, 17 de mayo de 2023

    La ruah en el Antiguo Testamento


    Rincón de la Palabra | P. Santos Monción

     


    La ruah en el Antiguo Testamento

     

    La palabra hebrea ruah quiere decir algo más que «soplo». Los especialistas en lenguas semíticas han buscado para esta palabra una raíz que significa «soplar». De hecho, la raíz del termino ruah significa el espacio, la distancia (Gn 32,17), incluso el vacío. De esta raíz proceden dos nombres uno que es el espacio perfumado, el olor, el reah, el otro es el espacio neutro, invisible, impalpable, la atmósfera exterior al hombre, o la ruah. En el Sal 104, 30, el salmista le dice a Dios «Tú envías tu ruah, ellos son creados y tú renuevas la faz de la tierra». Los hombres y los animales son «soplos de vida» necesitan de la ruah para respirar y vivir. El Señor la puede quitar (Gn 6,3; Sal 104, 29) y entonces el hombre muere.

     

    Pero esta atmósfera es un elemento muy extraño en varios aspectos. Puede ser tranquila, ligera o violenta, azulada o sombría y envuelta en nubarrones. Los Israelitas distinguieron entre la ruah silenciosa, que roza la piel (Job 4, 15), y la ruah violenta que «parte las montañas y destroza las rocas» (1Re 19,11). La ruah ligera será a veces un «espíritu. El viento puede ser un viento del este que agosta los campos y trae los saltamontes del desierto (Ex 10, 13), o el viento fresco del oeste que viene del mar y los expulsa (Ex 10,19). De aquí vendrán las imágenes bíblicas de la ruah como soplo o viento.

     

    Espacio vital y vida humana

    Pero la ruah sigue siendo ese espacio vital que Dios posee (Gn 6,3) y del que participa el hombre mientras vive. En relación con este elemento vital es también como se expresa su modo de vida, su temperamento. Cuando le falta espacio vital, el hombre es «corto de ruah», es decir, impaciente e irascible (Prov 14,29), del mismo modo, el orgulloso es «alto de ruah», mientras que el humilde es «bajo de ruah» (Prov 29, 33). El que tiene tiempo por delante es «largo de ruah» (Ecl 7,8), mientras que el angustiado es «estrecho de ruah» (Job 7,11). Uno es «duro de ruah», cuando no le impresionan las palabras que oye (1Sam 1,15; Dt 2,30); «amargo de ruah», cuando el ambiente familiar le resulta ingrato (Gn 25,35); «frío de ruah», cuando no participa de una excitación colectiva (Prov 17, 27).

     

    Diferentes sentidos de la palabra

    Vemos, pues cómo, aunque conserva la misma palabra para designar la fuerza vital de que depende el hombre, la Biblia le da diversos sentidos. Entre ellos destacan:

     

    1.- Es la fuerza vital excepcional que el Dios le da al jefe que ha escogido para salvar a su pueblo, y especialmente al «ungido del Señor», al vástago de Jesé, nuevo David, no solamente «reposa sobre él» el espíritu, como don permanente y no transitorio como para Saúl (1Sam 16,14), sino que «hace respirar» en torno a él ese espíritu que inspira el temor de Dios (Is 11,1-3)

     

    2.- La palabra toma un sentido psicológico, sobre todo bajo la influencia de la corriente sapiencial. Hemos visto varios ejemplos. A menudo la ruah del hombre no es más que su modo de participar en el ambiente vital que le rodea. Pero se hablará también de la ruah propia del hombre. Cuando se le da a Saul el espíritu de Dios, en 1Sam 10, se dice solamente que se convierte en «otro» hombre, con «otro» corazón (vv.6.9). Mientras que en Ez 36,26s, cuando Dios pone su ruah, su Espíritu en el hombre, este adquiere un corazón nuevo y una nueva ruah (cf. Ez 11,19; 18,31). Dios es el «Dios de los espíritus de toda carne» (Nm 16,22)

     

    3.- A partir del sentido de atmósfera, el término toma un sentido muy físico para designar el viento, el vendaval que destruye o el aire ardiente del desierto (Job 1,19; Jr 4,11-13). El Sal 104, después de evocar de forma más o menos mítica a Dios cabalgando «sobre las alas del viento», indica a continuación (pasando del singular al plural) que los vientos son mensajeros, ángeles de Dios (Sal 104,3-4)

     

    4.- El término toma, incluso, un sentido cósmico cuando se habla de las cuatro ruah del mundo, que son los cuatro puntos cardinales (Ez 37,9; 1Cro 9,24).

     

    5.- Finalmente, se precisa un sentido teológico. Si hay un Espíritu del Señor, hay además otros espíritus en el mundo. Pertenecen a la corte divina (1Re 22,21) y pueden dañar al hombre, así, el satanás del prólogo de Job o el espíritu malo que viene sobre Saúl después de habérsele dado a David el Espíritu del Señor (1Sam 16,14).

     

    ADH 878





     

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...

    Para Vivir Mejor


    Entradas Recientes



    La Familia


    Amigo del Hogar | Revista

    Orientada esencialmente a la familia desde una visión humano-cristiana, la Revista Amigo del Hogar nace en el año 1942, como obra evangelizadora de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC).

    ¿Quiénes Somos?

    Somos una comunidad religiosa fundada por el P. Julio Chevalier en el año 1854, en Issoudun, Francia. El proyecto al que buscamos ser fieles es, desde el Corazón misericordioso de Jesús, anunciar el amor de Dios al mundo.

    Temas de Salud


    Entradas populares