Valor del mes: Ser honestos, como las madres buenas ¿Puede una madre olvidar a su hijo? (Is 49, 15)

Valores | Socorro González González

 

Valor del mes: Ser honestos, como las madres buenas

¿Puede una madre olvidar a su hijo? (Is 49, 15)

 

Iniciamos el mes de mayo, mes de las madres, mes de María. Es importante que en estos días nos detengamos a reflexionar, sobre este valor de la honestidad tan patente en nuestras madres y en ellas como modelo a la Virgen María.

 

Creo que cada uno de nosotros tenemos la gracia de vivir la experiencia de ser formados por nuestras madres, ellas con sus características tan diferentes nos educaron para la vida, siendo honestas en cada momento al decirnos la verdad, aunque muchas veces nos doliera o molestara, pero al final nos dimos cuenta que era la manera de mostrarnos el camino.

 

Acogemos también el texto bíblico que nos acompaña durante este mes. ¿Puede una madre olvidar a su hijo? (Is 49, 15) Es imposible que una madre olvide a sus hijos, por muy alejados que estén, aunque ese hijo no la busque, no le agradezca, no la cuide… una madre siempre espera con los brazos abiertos a sus hijos, para darle lo mejor e incluso desprenderse de lo que tiene para entregárselo.

 

María es el modelo para todas las madres, imagino esa María en las bodas de Caná impulsando a su hijo Jesús a realizar el primer milagro, ella ya sabía que su Hijo lo podía realizar y confía en él. Nuestras madres en muchos momentos han sido el impulso para nuestra realización personal, para ser hacer lo que deseamos ser como persona. Su ejemplo de honestidad, de entrega, de fortaleza, nos ha enseñado a valorar e imitar tu ejemplo.

 

Hoy más que nunca nuestras familias necesitan ese ejemplo de honestidad, ese ser honestos y no querer aparentar lo que no somos, sino valorar ese gran don que somos cada uno. Si una madre queriendo proteger a su hijo o hija, por darle todo lo que tiene hace cosas indebidas, no siento honesta al decir lo que en realidad están viviendo, dejar atrás este don para vivir de las apariencias y de algo que nunca podrá dejarle una enseñanza e incluso no le ayudará a valorar lo que tiene y lo que en esencia es.

 

Las madres siempre son ese hilo que une a todos en el hogar, la que inyecta esa ternura singular, el amor y atención en la familia. La que educa, la que guía y se sacrifica por sus hijos, la que siempre está a nuestro lado nos dice la verdad.

 

Que en este mes podamos aprender de esas madres honestas que siempre nos dirán la verdad y nos enseñaran en el camino, como lo hizo nuestra madre María que enseñó y acogió con amor de madre a su Hijo Jesús.

 

ADH 878