Evangelización | Carlos Pérez Laporta
Con Dios, nada que temer
Martes de la 13ª semana de tiempo ordinario / Mateo
8, 23-27
Evangelio:
Mateo 8, 23-27
En aquel
tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discÃpulos lo siguieron.
En esto se
produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecÃa entre las olas; él
dormÃa.
Se
acercaron los discÃpulos y lo despertaron, gritándole:
«¡Señor,
sálvanos, que perecemos!». Él les dice:
«¿Por qué
tenéis miedo, hombres de poca fe?».
Se puso en
pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se
decÃan asombrados:
«¿Quién es
este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».
Comentario
«¿Quién es
este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?». El viento y el mar conocen la
voz del Señor. La naturaleza toda escucha su palabra y la sigue, cada pedazo de
ella en su modalidad. Pero el universo entero obedece las leyes que el Señor
les dictó.
No asà el
hombre. Los apóstoles no saben quién es. No saben quién es realmente Jesús
porque desconocen a Dios. Desde el pecado el hombre no ve a Dios en el mundo
que Él creó, no escucha su voz suave en el jardÃn. Se separó de Dios para
seguir sus propias leyes, para escuchar su propia voz. Por eso tiene miedo;
porque, separado de la voluntad de Dios, el hombre se abandona a sus solas
fuerzas. No se sabe sostenido por el poder divino. Por eso vive con ansiedad
por mantener el control, por ejercer su poder: para buscar seguridad. Pero como
es incapaz de mantener el hombre un control total en cualquier situación, se
asusta. Y más aún en aquellas como las que viven ahora los apóstoles, donde el
poder humano nada puede hacer por controlar la situación.
Pero Jesús
ha venido a hacer sonar la voz de Dios allà donde los hombres sufran: «¿Por qué
tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Si el hombre tiene fe ya no tiene nada que
temer. Si el hombre reconoce a Dios que le habla, si reconoce la voz de Dios,
ya no tiene nada que temer. Porque quien se sabe conducido por su voz, aun
cuando atraviesa cañadas oscuras, nada teme. Sabe que la voluntad amorosa del
Padre prevalecerá, porque hasta el mar y el viento le obedecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...