JMJ 2023 | Adriana Masotti
El Papa en Lisboa:
"Nuestra misión es estar ahí para todos”
El Papa Francisco se reunió en
la capital portuguesa con representantes de varios centros y asociaciones de
caridad y asistencia, entre ellos el "Centro Parroquial de Serafina",
la Casa Familia "Ajuda de Berço" y la asociación "Acreditar".
De ellos escuchó el relato del apoyo concreto ofrecido a las personas más
necesitadas, especialmente a los niños solos o enfermos, a través de obras
nacidas del amor al prójimo enraizado en el Evangelio
El sacerdote Francisco Crespo, responsable
de la parroquia y del Centro Social San Vicente de Paúl, también llamado Centro
parroquial de Serafina, por el nombre del barrio en el que se encuentra, fue el
primero en saludar al Santo Padre.
Al presentar su experiencia,
explicó que su parroquia y el Centro social que acogió el encuentro, nacieron
el mismo año, en 1959. De hecho, el primer párroco "había comprendido
desde el principio que, para evangelizar a esta población, era necesario tocar
la realidad concreta de sus habitantes, privados de la protección de sus
derechos y también de los medios esenciales para una vida digna y justa",
dijo.
Una amplia
gama de servicios
Un compromiso que se siguió
desarrollando a través de "múltiples respuestas sociales a las necesidades
de la población". Hoy, el Centro social puede atender a casi ochocientas
personas con más de ciento setenta empleados. De hecho, ofrece una amplia gama
de servicios, como una guardería, un centro juvenil, una residencia de ancianos
y un servicio de apoyo a las familias necesitadas.
"La vida de la gente ha
mejorado, pero aún queda mucho por hacer", dijo el padre Crespo y citó una
expresión de san Juan XXIII: "La parroquia es la fuente del pueblo donde
todos van a beber". Que esta JMJ, concluyó, nos anime a hacer aún más
"para llevar alegría a todos".
En defensa
de la vida
La asociación Ajuda de
Berço es un hogar para niños abandonados o en situación de riesgo que
surgió hace veinticinco años en el contexto de los movimientos en defensa de la
vida y de las campañas del referendo sobre el aborto de 1998. El deseo era
ofrecer a las personas una alternativa a la tentación de renunciar a sus hijos
o apoyar a quienes no podían hacerse cargo de ellos. El representante de Ajuda
de Berço dijo al Papa:
"Hasta la fecha hemos
acogido a cuatrocientos cincuenta y dos niños que, tras vivir con nosotros, han
sido ubicados en un proyecto de vida seguro y definitivo. Para algunos ha sido
el regreso a la familia, para otros la adopción u otros hogares de
acogida". Y agradeció a Francisco su compromiso en defensa de la vida.
"Su magisterio, siguiendo
las huellas de sus queridos Predecesores, nos anima, consuela y confirma",
dijo. Así como es precioso, subrayó, el apoyo de la Iglesia en Lisboa y la gran
"amistad social que se ha generado en torno a la asociación" con
creyentes de diferentes confesiones y hombres de buena voluntad que no profesan
ninguna religión, todos unidos por el mismo compromiso de cuidar a los más pequeños.
El apoyo a
los niños con cáncer
La asociación Acreditar sigue
ocupándose de los más pequeños. Joao la presentó. "Somos un grupo de niños
y jóvenes con cáncer, niños y jóvenes que han pasado por este calvario, junto
con sus padres". Desde hace treinta años, la asociación "invita a la
esperanza en la recuperación e intenta aliviar el sufrimiento durante el
tratamiento, tanto en los casos de supervivencia como a las familias cuyos
hijos no han sobrevivido".
El apoyo ofrecido es emocional,
psicológico, material y educativo; los que viven lejos del hospital son
alojados en sus casas. Y añadió: "Nuestra misión es estar al lado de todos
los niños y jóvenes, intentando que el cáncer no los defina y que el
tratamiento sea eficaz y haya una mejor calidad de vida".
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