Vida Religiosa | VN
Se realizó el IV Congreso
Latinoamericano y Caribeño de la Vida Religiosa
La cultura del cuidado fue el tema del
evento, desarrollado del 24 al 26 de noviembre en Bogotá. La reflexión se
articuló en torno a siete "C": cuidado, creación, compasión,
comunidad, contemplación, comunicación, celebración.
"Rememorar aquello que entre
tantos trasteos de épocas hemos olvidado. Hablamos de aquella hebra tejedora
que borda la existencia, esto es, del arte de crear vÃnculos y construir
comunión". Es el objetivo del IV Congreso Latinoamericano y
Caribeño de Vida Religiosa,
con el lema "Artesanos del cuidado", efectuado en la sede de la
Universidad de La Salle en Bogotá del 24 al 26 de noviembre y organizado por la
Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR).
"El arte del cuidado nace de la
experiencia de enamorarse de la vida y de la realidad para abrazarla en su
complejidad", escriben los religiosos en la presentación del encuentro.
"Nos volvemos custodios en la
medida en que despertamos la mirada para ver el mundo con los ojos de las niñas/os,
cuando lo escuchamos con un corazón apasionado y nos dejamos sorprender del
modo con el que la Palabra habita y teje relaciones entre nosotras/os. Nos
interpela la necesidad y la importancia de abrir nuestros sentidos a la
sensibilidad creadora de la escucha, la mirada, el gusto, el sentir y el
contacto".
Unos 500 participantes de todas las
Américas acudieron al evento y más de 3000 personas se conectaron desde sus
paÃses para discernir en torno a la cultura del cuidado a partir de siete
“C”: cuidado, creación, compasión, comunidad, contemplación, comunicación,
celebración. La agenda alternó conferencias, paneles, conversaciones en el
EspÃritu, celebración de la EucaristÃa, entre otras actividades.
La CLAR propone sembrar la historia y
los territorios de belleza; cultivar la existencia con palabras, gestos,
detalles y acciones de atención generosas; conversar con metáforas que recreen
el ser compasivo comunitario; construir la fraternidad ensanchando el espacio
de la circularidad de la palabra polisémica que anima, sostiene y reconoce.
"Seamos lugar de encuentro que
libera, sana, acoge y celebra los ciclos de la vida", animan a los
consagrados del continente.
"En este caminar juntas/os, no
pasemos de largo, atrevámonos a vivir la cotidianidad siendo cultores de
projimidad que dejan huella de cuidado, de empatÃa, de compasión y de ternura
por la vida. Somos Vida Religiosa profeta de esperanza y habitamos con la
fuerza del sueño, la fuerza de la red, la fuerza de la pequeña semilla, la
fuerza de la vida interior. Somos CLAR, vivamos con la osada esperanza de las
Mujeres del Alba al despuntar la aurora y tejamos con las sabidurÃas de las
comunidades donde la Ruah Divina se recrea".
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