Jóvenes | Salvatore Cernuzio
El Papa: Acutis y Frassati
serán santos en el Jubileo
Al final de la
audiencia general Francisco anunció la canonización de los dos jóvenes laicos
el próximo año: Acutis en la Jornada de los Adolescentes y Frassati en la
Jornada de la Juventud. El Pontífice hizo saber que el 3 de febrero se
celebrará en el Vaticano un Encuentro Mundial de los Derechos de los Niños,
titulado «Amémoslos y protejámoslos».
El millenial y
el estudiante, ambos santos durante el Jubileo. Carlo Acutis y Pier Giorgio
Frassati, modelo y punto de referencia para la fe de miles de jóvenes de todo
el mundo, serán canonizados el próximo año: Acutis, en la Jornada de los
Adolescentes; Frassati, en la Jornada de la Juventud. El Papa lo ha anunciado
esta mañana, 20 de noviembre, al final de la audiencia general, suscitando un
atronador aplauso en la plaza de San Pedro, abarrotada por miles de fieles
cobijados bajo los paraguas. Entre ellos, también algunos niños del comité
organizador de un gran evento que se celebrará en el Vaticano el 3 de febrero:
el Encuentro mundial de los derechos de los Niños, titulado «Amémoslos y
protejámoslos», en el que participarán expertos y personalidades de distintos
países. El Papa lo ha anunciado también al final de la audiencia de hoy, Día
Internacional de los Derechos de la Infancia de la Adolescencia y también esta
noticia ha sido acogida con fuertes aplausos y un entusiasmo inesperado, con el
grupo de niños corriendo desde la primera fila del parvis hacia el palco del
Pontífice para saludarlo y darle las gracias.
Será una
oportunidad para encontrar nuevas formas de socorrer, proteger a millones de
niños aún sin derechos que viven en condiciones precarias, son explotados y
maltratados y sufren las consecuencias dramáticas de las guerras.
Un evento en el Vaticano por los derechos de los niños
«Hay un grupo
de niños que están preparando esta jornada. ¡Gracias a todos los que están
haciendo esto!», dijo el Papa, señalando al pequeño grupo de niños y niñas con
gorras amarillas y portando el cartel “Gira por la Paz”, acompañados por el
padre Enzo Fortunato y Aldo Cagnoli, ambos organizadores de la famosa JMN, la
primera Jornada Mundial de los Niños celebrada el pasado mes de mayo en el
Estadio Olímpico.
Inmediatamente
después de las palabras del Papa, una niña corrió hacia la escalinata de la
Basílica: «Y se ve que hay un valiente...», sonrió Francisco. «¡Ahora vienen
todos!», exclamó al ver que todo el grupo corría hacia él para ir a darle las
gracias, en nombre de todos sus compañeros, por esta importante iniciativa que,
además del JMN, continúa de alguna manera el compromiso de la Cumbre de 2019
sobre la Protección de Menores en el Vaticano.
Las canonizaciones
El pequeño
Francisco («¡Te llamas como yo!», exclamó el Papa) y todos los demás
estrecharon la mano del Pontífice y se hicieron una foto juntos. Al final del
extra programa, Jorge Mario Bergoglio, pensando todavía en los pequeños, hizo
el anuncio de las dos canonizaciones.
Quiero decir
que el año que viene, en el Jornada de los Adolescentes, canonizaré al beato
Carlo Acutis, y en la Jornada de la Juventud, el año que viene, canonizaré al
beato Pier Giorgio Frassati.
Dos santos «jóvenes»
El pasado 23
de mayo, el Papa Francisco había aprobado el decreto para la canonización de
Carlo Acutis, el joven laico enamorado de la Eucaristía y apasionado por la
informática, calificado por muchos como «influencer de la santidad». En el
Consistorio ordinario del 1 de julio, había anunciado que sería elevado a los
honores de los altares «en una fecha por determinar». El obispo de Asís,
Domenico Sorrentino, había anticipado en los últimos meses que la Providencia
-dijo el obispo- quería que la proclamación de su santidad, la «canonización»,
tuviera lugar en el año jubilar que comenzará dentro de pocos meses».
Frassati,
joven estudiante turinés, terciario dominico y miembro de Vicencianos, Fuci y
Acción Católica, es en cambio uno de los beatos más conocidos entre las nuevas
generaciones de católicos, considerado uno de los santos «sociales» de Italia.
Miembro de una familia acomodada, dedicado a la oración y a los más débiles,
era también un buen deportista: «Un alpinista... tremendo», le llamó Juan Pablo
II, que quiso beatificar a este «chico de las ocho Bienaventuranzas» en 1990.
Ahora, otro Pontífice, de origen piamontés, lo eleva a los honores de los
altares en un año dedicado a recuperar la esperanza. La que tanto Acutis como
Frassati predicaron, no con palabras, sino con sus vidas.
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