Actualidad Nacional | Alcedo A. RamÃrez
La
Virgen de la Altagracia, Duarte y la Bandera Nacional
Estamos en el Mes de
la Patria, pero no podemos olvidarnos de los factores religiosos que están
muy ligados a su esencia y que lo adornan con un hermoso brillo procedente de la Protectora del Pueblo Dominicano,
Nuestra Señora de la Altagracia. De acuerdo a los datos e informaciones históricas,
basadas en tradiciones orales y escritas, los colores patrios, el azul, el
blanco y el rojo, de la Bandera Nacional provienen de los mismos que se pueden
ver en el manto y ropaje de la imagen de la Virgen.
Asà las cosas, somos de opinión que el Mes de la Patria debe comenzar junto con la Festividad del DÃa de la
Virgen de la Altagracia, el 21 de enero de cada año, para enfatizar esta
fuerte ligazón entre ambas fechas de efemérides, al igual que las raÃces
profundamente religiosas de la República Dominicana, fundada por Juan Pablo
Duarte. En el 2011, con motivo de una conferencia en la Feria del Libro, el
destacado amigo, médico y militar de carrera, el Dr. Rafael Leónidas Pérez y
Pérez, afirmó que la Virgen de la Altagracia siempre fue invocada por el Prócer
Padre de la Patria y los demás Independentistas del 27 de Febrero de 1844.
Con la finalidad de fundamentar su declaración, el Dr. Pérez y Pérez hace referencia de
un opúsculo del historiador Daniel
Nicanor Pichardo en el que se establece la influencia católica y de la Virgen de la Altagracia, de su manto y
ropaje, en la Bandera Nacional. Esta influencia provenÃa de la madre de
Duarte, quien era oriunda de El Seibo, cuna del Fervor Altagraciano, junto con Higüey.
La evidencia de tal influencia es tan marcada que el Papa PÃo XI quedó maravillado por la
coincidencia de los colores de la Bandera Dominicana con el del manto y ropaje
de una imagen de La Virgen de la
Altagracia que le habÃa regalado el Arzobispo Monseñor Nouel, en visita
oficial al Vaticano. Asimismo, el Sumo PontÃfice pudo constatar que la gran
devoción del Pueblo Dominicano por su Madre Protectora tiene un origen
verdaderamente simbólico, en razón de esta similitud de colores entre bandera y
ropa, creencia religiosa y fervor patriótico.
También podemos recrear algunas de las realidades históricas
que se ha relacionado muy estrechamente con la Virgen de la Altagracia,
alrededor de la fecha de su solemnidad y recordatorio. En el año 1922 y en
plena Ocupación Norteamericana, el 15 de
agosto se celebró la Coronación de
la Virgen de la Altagracia, como Protectora, Reina y Soberana de la República
Dominicana. La alegrÃa y algarabÃa fue de tal magnitud que muchos han
pensado como una intervención “milagrosa” de la Virgen el hecho de que unos
dÃas después, el 23 de septiembre, se
firmara el Pacto de la Salida de las Fuerzas Norteamericanas del PaÃs, las
cuales nos habÃan invadido en el 1916.
De igual manera, para la celebración de la Coronación de la
Virgen se estimuló la construcción de un
Templo de la Virgen de la Altagracia, en la ciudad capital, y el cual se
inauguró para el mismo dÃa de los actos programados. Esta iniciativa dio origen a otras más, que han venido a concretar con
mayor fortaleza la Devoción a la Virgen de la Altagracia en todo el paÃs.
La mejor demostración de la importancia del culto y devoción a la Virgen de la Altagracia
consiste en la realidad, hecha ya costumbre desde finales de la década del 1920,
de las sucesivas visitas presidenciales
al Santuario de la Virgen.
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