Persecución Religiosa “Educada”

Nuestra Fe | Alcedo A. Ramírez

 

Persecución Religiosa “Educada”

 

En una reunión celebrada recientemente por la organización International Religion Freedom se llegó a la conclusión de que los fieles creyentes del Cristianismo y Otras Denominaciones Religiosas están sujetos a medidas de Persecución Religiosa, en muchas partes del planeta, para así estar en concordancia con lo expresado por el Papa Francisco, en años anteriores, quien calificó de “Educada” esta nueva forma de violencia religiosa. Esta nueva forma de discriminación social ha asumido la característica propia de las culturas seculares de esta época, las cuales pretenden desaparecer todo vestigio de Dios en la tierra.

 

A pesar de todo, justo es reconocer, esta forma de Persecución ha dejado de ser violencia física, para convertirse en una represión sutil y discriminación solapada, bajo diferentes ropajes culturales, políticos y sociales, con la finalidad de aparentar pluralismo y evitar radicalismos. Son los nuevos patrones y conductas culturales, desnudos de cualquier recato ético y moral, que pretenden hacer ver como atrasada toda manifestación apegada a valores religiosos y cristianos, propios de nuestra Cultura Cristiana Occidental.

 

De igual forma, dicha Persecución Religiosa “Educada” se manifiesta en acusaciones contra los Cristianos de que están a espaldas de la Modernidad y el Progreso de los pueblos y sus sociedades, ya que sus valores son desfasados y anacrónicos, no del todo alineados con los nuevos tiempos que estamos viviendo. En realidad, son estas acusaciones las que son del todo falsas, ya que el Cristianismo y sus Instituciones han sido las fuerzas motrices del desarrollo y el progreso de las naciones y países, desde los albores del Renacimiento, saliendo de la Época Medieval.

 

La sutileza de los ataques y la Persecución Religiosa ha llegado a tal nivel que ya no se persigue a los creyentes por proclamar el nombre de Cristo, Nombre sobre Todo Nombre, sino más bien por actuar, hablar y vivir de acuerdo a las creencias, las virtudes y los valores genuinamente cristianos, que son las “Marcas de Fabrica” de lo que representa hoy día ser un Verdadero Cristiano Comprometido con su Comunidad y Sociedad. Pero esta realidad la conocemos bien, porque la vimos venir junto con los aires de los nuevos tiempos y su interpretación.

 

También se ha recurrido al expediente de que los Cristianos fomentamos la discriminación y el odio, en la medida que nos oponemos al aborto y demás practicas relacionadas, a la vez de que incitamos a la desobediencia civil por realizar manifestaciones religiosas multitudinarias y oramos silenciosamente frente a las clínicas abortistas y los edificios legislativos, procurando leyes justas y acordes con nuestras esencias cristianas. A pesar de todas las artimañas de la Batalla Cultural y Religiosa, no vamos a claudicar en nuestros derechos a la libre expresión y a la libertad religiosa que tenemos consagrada por la Constitución de la República Dominicana.

 

Particularmente, aquí en el país se han recibido ayudas internacionales para promover agendas, legislaciones y prácticas educativas y sociales que van en contra de las creencias, las convicciones y los valores del Pueblo Dominicano, como son los casos de las reformas al sistema educativo, los controles de la natalidad y la aprobación del aborto en el Nuevo Código Penal. Tampoco en estos casos vamos a “bajar la guardia” para que nos apunten el gol de la mentira y la sinrazón.

 

En este sentido, los Cristianos Comprometidos con sus Comunidades tenemos que estar preparados para enfrentar todas esas realidades y situaciones que deben resolver las actuales sociedades, con espíritu abierto y novedad, pero sin claudicar jamás a los intereses y las maquinaciones de pequeños grupos de presión, que quieren dar al traste con nuestra sociedad cristiana, su esencia y sus valores. No permitamos que se desnaturalice nuestro lema nacional fundamental: Dios, Patria y Libertad. ¡Que Viva la República Dominicana!