Vida Religiosa | Alessandro Di Bussolo
Mensaje del Papa
Francisco a los MSC:
Sean la compasión de
Dios, la tristeza arruina la vida consagrada
Al recibir a los participantes
en el 26º Capítulo General de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús el
Papa Francisco los invitó, como su fundador, el padre Chevalier, a implicarse
en las muchas miserias e injusticias que se renuevan en el mundo, la situación
de los pobres y los migrantes. "Manifiesten la misericordia de Jesús – fue
su llamamiento – a través de su bondad"
Ante tantas miserias e
injusticias que se renuevan y nos interpelan en el mundo, "no tengan miedo
de dejarse atrapar por la compasión del Corazón de Cristo", dejen que
"ame a través de ustedes" y permitan que la ternura de Dios, como
hacía su fundador, "modifique e incluso cambie, si es necesario sus planes
y sus proyectos".
Y como Dios "es cercano,
compasivo y tierno", así sean ustedes con los demás y en diálogo con Jesús
en la oración. Estas son las indicaciones del Papa Francisco a los Misioneros
del Sagrado Corazón de Jesús que participan en el 26º Capítulo General de la
congregación, fundada en 1854, en Francia, por el padre Jules Chevalier.
Misioneros
para dar a conocer el amor de Dios
Al recibir a noventa religiosos
en la Sala Clementina, con el superior general, el hermano Abzalòn Alvarado
Toval, el Santo Padre recordó que a los Misioneros siguieron con el tiempo las
Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y las Hermanas Misioneras del
Sagrado Corazón, y más tarde los laicos asociados, conocidos como Laicos de la
Familia Chevalier.
Todos pensados, por el fundador,
como "misioneros, empeñados en dar a conocer el amor de Dios en el mundo
para obtener de los hombres una respuesta de amor". Francisco recordó el
tema elegido para el Capítulo, "Del ego al eco", y la elección de
hacerse guiar por el episodio evangélico de los discípulos de Emaús, descrito
por el evangelista Lucas. A partir de ese pasaje, el Papa indicó tres
actitudes fundamentales que deben caracterizar el carisma y el compromiso
misionero de los miembros de este Instituto.
Primero:
conocer el Corazón de Jesús a través del Evangelio
El primero es "conocer el
Corazón de Jesús a través del Evangelio", es decir, meditándolo en su
vida. Allí, en efecto, Cristo sigue haciéndose nuestro compañero de viaje, como
en Emaús.
Al Padre Chevalier le gustaba definir el Evangelio como un libro ‘del Sagrado Corazón’, pues invitaba a todos a contemplar en él la caridad con la que el Salvador se dejó tocar por toda pobreza, feliz de derramar la ternura y la compasión de su Corazón sobre los pequeños y los pobres, los que sufren, los pecadores y todas las miserias de la humanidad
La explicación de las Escrituras
que Jesús ofrece a los discípulos de Emaús a lo largo del camino, recordó el
Pontífice, "no es teórica: es el testimonio directo de Aquel que cumplió
aquello de lo que habla", amando al Padre y a sus hermanos hasta la cruz.
El Resucitado, que se hace reconocer en la fracción del Pan, explicó, "es
Aquel que venció a la muerte dando la vida, que mostró a los hombres el amor
del Padre amándolos sin medida con su Corazón divino y humano".
Así es como se llega a conocer
el Corazón de Jesús: contemplando su inmensa misericordia en el Evangelio, como
María, a quien los Misioneros veneran bajo el título de "Nuestra Señora
del Sagrado Corazón" y que sabe mostrarnos el Corazón de su Hijo.
Segundo:
profundizar la Palabra en el compartir fraterno
Pero para que esta fuerte
experiencia se convierta en luz para el camino, continuó el Papa Francisco,
"es necesario que pase también por el enriquecimiento del compartir".
Esta es la segunda actitud: "profundizar y comprender la Palabra en el
compartir fraterno".
En Emaús los discípulos, inmediatamente después de reconocer a Jesús, se preguntan asombrados unos a otros sobre lo que han vivido. Es una invitación también para nosotros a regalarnos mutuamente el asombro que nace en el corazón cuando uno se encuentra con el Señor
Incluso en vida del padre
Chevalier, recordó el Papa, "compartir fue importante. En el seminario
transmitió su fervor y sus sueños a algunos compañeros sensibles, a los que con
un juego de palabras llamaba los caballeros del Sagrado Corazón". Y fue al
reencontrarse con uno de ellos después de años de distancia, todavía
"animado por el mismo celo, cuando vio la señal tan esperada para comenzar
la fundación" del Instituto.
De ahí la invitación a poner
"siempre en la base de todo y ante todo el compartir fraterno de su
encuentro con Cristo, en la Palabra, en los Sacramentos y en la vida. Así
podrán afrontar de manera constructiva incluso los problemas más
acuciantes".
Tercero: el
anuncio gozoso en la misión
La tercera y última actitud es
"el anuncio gozoso en la misión", como los discípulos de Emaús, que
"partieron sin demora, volvieron a Jerusalén y contaron lo que había
sucedido". El lema del capítulo, "Del ego al eco", es para
Francisco una invitación a salir de uno mismo para mirar "la casa común,
la familia, la comunidad, la creación".
Una expresión fuerte "y un
compromiso para su futuro – comentó el Papa – especialmente para el
discernimiento sobre los nuevos tipos de ministerio a los que deben
abrirse". No faltan los desafíos, en los múltiples ámbitos de la caridad
en los que trabajan los Misioneros en todos los continentes: "Los pobres,
los migrantes", y las muchas miserias e injusticias "que siguen
renovándose en el mundo nos interpelan con urgencia", dijo.
Déjense
implicarse por la compasión del Corazón de Jesús
Frente a esto, la invitación
final del Pontífice fue a no tener miedo "a dejarse implicar por la
compasión del Corazón de Cristo", y como decía el padre Chevalier, dejarlo
"amar a través de ustedes y manifestar su misericordia a través de su
bondad".
Con valentía, como hizo el
fundador "cuando, aunque con fuerzas limitadas, aceptó la misión en
Melanesia y Micronesia, dejando que la irresistible ternura del Sagrado Corazón
modelara, modificara e incluso cambiara, si era necesario, sus planes y
proyectos".
Cercanos,
compasivos y tiernos, “como Dios es con nosotros”
Por favor, es el otro
llamamiento del Papa Francisco hablando espontáneamente fue a “no tener miedo a
la ternura, al estilo de Dios” que se puede decir con tres palabras: “cercanía,
compasión y ternura”.
Dios es así: cercano, compasivo, tierno. Sean así ustedes con los demás, sean así con los demás. Pero esta cercanía, esta compasión, esta ternura la tendrán en el diálogo con Jesús. La oración es tan importante para que esto se produzca, sin oración las cosas no funcionan, no van
Huyan de la
tristeza, ruina de la vida y de la vocación
Con el agradecimiento por lo que
son y hacen estos Misioneros, y con una exhortación: "Continúen su obra
con entusiasmo". Y una recomendación final:
Huyan de la tristeza, que es la carcoma que arruina la vida personal y la vida consagrada, esa tristeza que abate, no buena la tristeza del arrepentimiento, esto es otra cosa, pero esa tristeza cotidiana es una carcoma que arruina.
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