Reflexión | P. Ciprián Hilario, MSC
Sabiduría e Inteligencia Espiritual
Homilía
para el Jueves de la Semana 22 del Tiempo Ordinario.
Lecturas del día: Colosenses 1, 9-14; Salmo 97, 2-6; Lucas 5,
1-11
Introducción
Hoy,
la liturgia nos invita a reflexionar sobre la sabiduría e inteligencia
espiritual, dones del Espíritu Santo que nos permiten conocer la voluntad de
Dios y vivir de acuerdo con ella. Las lecturas del día nos presentan un camino
de fe, confianza y entrega, como se ve en la oración de Pablo por los
colosenses y en la respuesta de los discípulos ante la pesca milagrosa. A
través de estas lecturas, exploraremos cómo la sabiduría e inteligencia
espiritual transforman nuestra vida y nos llevan a “remar mar adentro” con
Cristo.
Contexto
de las lecturas
En
la primera lectura (Col 1, 9-14), Pablo ora para que los colosenses crezcan
en sabiduría e inteligencia espiritual, conociendo la voluntad de Dios y
viviendo de manera digna, fructificando en buenas obras. El Salmo (Sal 97)
proclama la salvación y la justicia de Dios, reveladas a todas las naciones. En
el Evangelio (Lc 5, 1-11), Jesús realiza el milagro de la pesca
abundante y llama a Pedro y sus compañeros a ser “pescadores de hombres”,
invitándolos a confiar y a seguirlo sin reservas.
1-
Sabiduría e Inteligencia Espiritual
La
sabiduría e inteligencia espiritual no son conocimientos humanos ni habilidades
adquiridas por esfuerzo propio. Son dones del Espíritu que nos capacitan para
ver la realidad con los ojos de Dios, comprender su voluntad y actuar con
valentía y amor. En las lecturas de hoy, encontramos un claro llamado a pedir
estos dones y a vivirlos plenamente.
2-La
sabiduría espiritual nos conecta con la voluntad de Dios
Pablo,
en su carta a los colosenses, pide que la comunidad tenga “un conocimiento
perfecto de la voluntad de Dios con toda sabiduría e inteligencia espiritual”
(Col 1, 9). Esta sabiduría no es mera información, sino una comprensión
profunda de los planes de Dios para nosotros. Nos lleva a preguntarnos:
¿Buscamos activamente conocer la voluntad de Dios en nuestra vida diaria? La
sabiduría espiritual nos ayuda a discernir las decisiones importantes, a
distinguir entre lo pasajero y lo eterno, y a alinear nuestro corazón con el de
Cristo.
3-La
inteligencia espiritual nos da fortaleza para soportar las dificultades
Pablo
destaca que esta sabiduría y fortaleza permiten a los colosenses “soportar
todo con paciencia y magnanimidad, con alegría” (Col 1, 11). La
inteligencia espiritual nos da una perspectiva sobrenatural para enfrentar los
desafíos, no con resignación, sino con esperanza y gratitud. Como Pedro, que
confió en Jesús a pesar de una noche sin pescar, debemos aprender a perseverar,
sabiendo que Dios nos sostiene en las pruebas.
4-La
pesca milagrosa: un acto de confianza en la palabra de Dios
En
el Evangelio, Jesús pide a Pedro que reme mar adentro y eche las redes, a pesar
de que no habían pescado nada durante la noche (Lc 5, 4-5). Pedro,
movido por la fe, responde: “Maestro, por tu palabra echaré las redes”.
Esta obediencia confiada es un fruto de la inteligencia espiritual, que nos
lleva a actuar según la palabra de Dios, incluso cuando no entendemos
completamente sus designios. ¿Estamos dispuestos a “remar mar adentro” en
nuestra vida, confiando en la guía de Cristo?
5-La
respuesta humilde a la gracia de Dios
Ante
la pesca milagrosa, Pedro reconoce su pequeñez: “Apártate de mí, Señor, que
soy un pecador” (Lc 5, 8). La sabiduría espiritual nos hace conscientes de
nuestra fragilidad, pero también de la grandeza de Dios, que nos llama a pesar
de nuestras limitaciones. Como Pedro, somos invitados a responder con humildad
y a dejar que Dios obre a través de nosotros, transformando nuestras
debilidades en instrumentos de su misión.
6-Llamados
a ser pescadores de hombres
Jesús
concluye diciendo a Pedro y sus compañeros: “No temas; desde ahora serás
pescador de hombres” (Lc 5, 10). La sabiduría e inteligencia espiritual no
son solo para nuestro crecimiento personal, sino que nos impulsan a la misión.
Nos capacitan para llevar el amor y la verdad de Cristo a los demás, siendo
testigos de su salvación, como proclama el salmo: “Los confines de la tierra
han contemplado la salvación de nuestro Dios” (Sal 97, 3). Somos llamados a
compartir la luz de Cristo con el mundo.
Conclusión
Hermanos
y hermanas, la sabiduría e inteligencia espiritual son dones que debemos pedir
con insistencia al Espíritu Santo. Nos ayudan a conocer a Dios, a vivir según
su voluntad y a ser instrumentos de su amor en el mundo. Como Pedro, dejemos
que Jesús suba a nuestra barca, escuchemos su palabra y rememos mar adentro con
confianza. Que la Virgen María, Sede de la Sabiduría, nos guíe para vivir
plenamente estos dones y ser fieles discípulos de su Hijo.
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