La Iglesia Hoy | Julio Pernús
70 años del
Concordato entre la Santa Sede y República Dominicana
El nuncio Piergiorgio Bertoldi en la Catedral Primada de
América en Santo Domingo, agradeció la gentileza del presidente Luis Abinader que
recordó públicamente en su reciente encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano
el aniversario 70 del Concordato entre la Santa Sede y República Dominicana.
Pero cuál es la trascendencia real de ese documento.
Un poco de
Historia
Fue el 16 de junio de 1954 cuando se suscribió dicho
Concordato con la Santa Sede Apostólica, mediante el cual ambos Estados
manifestaron el deseo de asegurar una fecunda colaboración para el bien de la
vida religiosa y civil del pueblo dominicano. La
suscripción del mismo fue motivada por el ex dictador Rafael Leónidas Trujillo
Molina. Él pensaba que con dicha firma conseguiría los favores y
reconocimientos de la Santa Sede, y con ello justificaría sus aberrantes
acciones, laceraciones y violaciones de derechos humanos en el país. Pero no
fue siempre así y lo demuestra la carta pastoral de 1960 del episcopado
dominicano.
El Concordato es un tipo de acuerdo con ciertas
características especiales, cuyo término data del siglo XV, y el más antiguo
que se ha registrado fue en el año 1122, entre el Papa Calixto II y el
emperador de Alemania, Enrique V. Tiene como objetivo, regular el conjunto de
relaciones entre la Santa Sede como Estado oficialmente reconocido mediante los
Tratados de Letrán de 1929 y el Estado en cuestión.
En la
actualidad
En el ADN de la nación dominicana está su amor a Dios, su
escudo nacional tiene una biblia abierta en Juan 8:32 que dice: "y conoceréis la verdad, y la
verdad, os hará libres". Alguno de los detractores del concordato alegan
que, desde el primero de sus artículos, que designa a la religión católica,
apostólica y romana como la de la nación dominicana, abarca una serie de
prerrogativas en el ámbito educativo, financiero, social y legal que, bajo
alegato de inconstitucionalidad, en más de una ocasión, han sido atacadas, sin
éxito, por sus contrarios en los tribunales. En el país es evidente la libertad
de culto y líderes de diversas denominaciones han apoyado este concordato, pues
ratifica el carácter humanista de su gente.
El Concordato resultado de las ambiciones políticas de un
dictador para convertirse en una figura internacional y sumar a la larga lista
de títulos la de "Benefactor de la Iglesia", no logró nunca ese
objetivo pese a las gestiones de algún obispo pro-trujillista ante la Santa
Sede. La importancia de mantenerlo vigente se demuestra en el hecho de que la
Iglesia sigue firmando acuerdos de esa naturaleza con otros países. Aunque
conforme van evolucionando un país y sus normativas, los acuerdos se revisan,
pero por el momento República Dominicana se complace en ser de los pocos países
con un concordato vigente en el mundo.
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