Igualdad de la Mujer | Comisión Justicia y Paz, España
La
imagen de la mujer en la publicidad y los medios
La esencia de lo femenino concretada en el servicio al hombre, a través del servicio -ama de casa- y de su sensualidad
-mujeres cuyo cuerpo es atrayente para el hombre- ha sido transmitido a través de mitos, tradiciones, cuentos, religiones,
canciones y, más modernamente, el cine, la televisión, la publicidad y, en nuestro tiempo, las redes
sociales.
Una imagen a la que nos tienen acostumbrados los diferentes medios,
en especial en pelÃculas y series americanas, es la de una mujer cuyo trabajo está al cuidado de los demás, y asà son médicas, generalmente pediatras, maestras,
enfermeras y, «si las quieren representar como exitosas, entonces se muestran como
mujeres multiuso: profesionales, con hijos a quienes cuidan, sus casas brillan de
limpio porque ellas se encargan, sus cuerpos son esbeltos porque hacen dietas
y además tienen tiempo para ir
al gimnasio». Lo que se denomina
imagen de superwoman.
La imagen de la mujer en la publicidad está incorporando a una mujer trabajadora, elegante o
casual, en general joven y muchas veces exitosa y a la que se anima en numerosas
ocasiones a que atienda a su cuidado personal y a su belleza. Se podrÃa decir que la mujer en la publicidad presenta en
muchas ocasiones «conflictos entre su cuerpo y su autoestima».
La mujer, sea trabajadora o no, debe estar delgada, debe ser joven o al
menos aparentarlo, ir maquillada, etc. Esos factores externos la conducirán al éxito, no el estudio ni sus cualidades intelectuales
o morales. El no lograr esta imagen de belleza puede llevar a socavar la
autoestima, especialmente entre las adolescentes, lo que a su vez conlleva que
se ponga en un escalón inferior al hombre, que normalmente no está tan atado a su imagen.
Es decir, la publicidad mantiene la estructura arquetÃpica de una sociedad androcéntrica, violencia simbólica, en el que La mujer está al servicio del hombre bien como
objeto sexual o bien para atender sus necesidades.
Otro ejemplo de
esta violencia simbólica o de aceptación de una estructura social patriarcal es
la que se viene dando en las diferentes cadenas de televisión. Si nos fijamos
en los telediarios, vemos en algunas cadenas, a un periodista masculino de una
edad media acompañado de una mujer mucho más joven que suele utilizar vestidos
ceñidÃsimos y tacones de aguja y suele pasearse por el plato, la diferencia de
posición resulta evidente.
Publicado en Noticias
Obreras n. 1637, marzo 2021.
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